Instrucción y Formación

Ahora si, empieza oficialmente mi primera clase teórica de la asignatura. Con miedo y ansias me acerqué al aula, con mi grupo de compañeras que sentían lo mismo que yo, o al menos es lo que me decía a mi misma para no sentirme sola con esos sentimientos. Cuando entramos a la clase se me hizo raro, era muy diferente al instituto del que acababa de salir hace solo tres meses, sabia que me iba a sentir así pero fue un sentimiento más fuerte del que me esperaba. Eso me abrumó bastante.

A decir verdad, la clase se me hizo liviana en vez de cansina como me esperaba, ya que las clases duran ni más ni menos que dos horas. El contenido de la clase fue interesante y se me hizo fácil de entender gracias a la lectura que nos mandó la maestra. Tras acabar la teoría la profesora volvió a mencionar el diario, y se me retorció el estomago pensando en como iba a hacer yo una tarea que a todas mis compañeras les estaba pareciendo fácil, excepto a mi claramente. Otra vez empezaron las preguntas infinitas que seguían en mi cabeza desde la noche anterior. Yo me repetía que iba a hacer una tarea fácil, pero mi subconsciente seguía y seguía con lo mismo, "no sabes redactar", "todas tus compañeras ya saben como lo van a hacer salvo tu", "¿eres tan inútil que no puedes pensar en una idea?" "hasta los niños de cinco años saben hacer un diario", esos comentarios estúpidos que me habían atormentado todo el día y la noche. Con suerte para mi, esos pensamientos se pararon cuando la profesora nos dijo que nos iría dando pautas y preguntas para poder desarrollar nuestro diario.

Bueno echando todo eso a un lado, nuestra primera clase trató de la diferencia entre la formación y la instrucción. Siendo la primera la enseñanza de capacidades y conceptos no académicos, es decir, sociales, ya sea como actuar en una sociedad y como poder ser capaz de pensar como uno mismo. Mientras que la instrucción se basa simplemente en el aprendizaje de los conceptos académicos como las matemáticas, la geografía, las ciencias, etc. Se dice que la mezcla de estos dos conceptos es la educación tal y como la conocemos. Yo lo relaciono con la típica imagen de los dos hemisferios del cerebro, siendo la instrucción la parte izquierda y la formación la parte derecha.

Sin darme cuenta empecé a pensar en mis antiguos profesores viendo si en realidad estaban instruyendo, formando o ambas. La primera profesora que se me vino a la mente fue mi última profesora de lengua española, Maia, que tuve la suerte de disfrutarla como profesora en 5 años de mi vida. Me di cuenta de que ella no solo daba conceptos, si no también nos enseñaba como pensar por nosotros mismos y como relacionarnos socialmente, seguramente por eso y con el amor que trataba la lengua, hacía sus clases útiles y no solo eran una hora de continuo copiar lo que decía.

Esta somos yo y mi profesora en mi graduación


Por otro lado, me acordé de mi profesor de química, que sus clases eran puramente escuchar lo que decía y hacer apuntes, haciéndolas muy poco dinámicas e imposibles de disfrutar. Pensándolo ahora mejor, solo se centraba en dar la asignatura y no le importaba si aprendíamos o no , por lo que solo instruía y no formaba. Haciendo que me frustrase y odiase esa asignatura. 

Como conclusión me doy cuenta de que el equilibrio entre la instrucción y formación es la clave para la educación completa de los alumnos. La que intentaré seguir cuando sea profesora.


 INSTRUCCIÓN + FORMACIÓN= LA CLAVE


Y eso fue todo lo que aprendí hoy, espero que os haya gustado y nos vemos en el próximo capítulo de esta aventura.

Por último, la música es una de las cosas que más me motiva y me acompaña en cualquier momento. Por ello, he decidido relacionar cada tema con una canción, solo para añadirle un poco de chispa y que me ayude a consolidar cada temario.

Canción a la que me recuerda este tema:

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